Por: Andrés González y Enderson Sequera
El año 23 del chavismo en el poder inició hace un par de semanas. Ha sido un periodo tan largo, que muy pocos jóvenes recuerdan siquiera los primeros años bajo el mandato de Chávez.
El paro petrolero, las marchas cívicas o el revocatorio de 2004 son solo recuerdos difusos para casi todos los menores de 25 años. Aun así, cada 12 de febrero, los jóvenes se organizan para pedir reformas democráticas y un futuro mejor.
Bien sea en Venezuela o desde el extranjero, los jóvenes venezolanos cada día se forman y trabajan para el día que inicie la reconstrucción del país. Políticos, empresarios, líderes sociales, periodistas y activistas, son miles de historias de éxito.
La serie ‘Jóvenes que reconstruirán Venezuela’ la creamos para relatar la historia de algunos de estos muchachos. La primera entrega fue de Gabriel Cabrera, activista (click acá para acceder a la entrega).
Para esta segunda entrega, nos adentramos en el mundo del periodismo, ramo que será fundamental en una eventual recuperación y mantenimiento de la democracia venezolana.
Bien reza el slogan del Washington Post: “Democracy Dies in Darkness”.
Orlando Avendaño: el periodista
En la segunda edición de ‘Jóvenes que reconstruirán Venezuela’ traemos la historia de un personaje al que muy pocos en el mundo político venezolano desconocen: Orlando Avendaño, periodista y editor de El American.
Con apenas 24 años, Orlando se convirtió en el periodista revelación de 2019, tras una serie de reportajes en los que acusaba al equipo del presidente interino Juan Guaidó de malversar fondos de la ayuda humanitaria en Cúcuta.
Sus reportajes causaron el primer escándalo de corrupción de la era Guaidó, desembocando una investigación independiente de Transparencia Venezuela. (Click acá para acceder al reportaje)
Cúcuta marcó un antes y después en la carrera de Avendaño. Llegaron decenas de miles de seguidores, pero también señalamientos. Lo han llamado tarifado, perteneciente a la nómina de ciertos políticos, e incluso delincuente financiero.
Para hacer este perfil, tuvimos una conversación amena y honesta con el personaje. En exclusiva, Orlando Avendaño nos contó sus orígenes, los autores han marcado su carrera y sus propuestas para una recuperación de Venezuela.
Un periodista casi accidental
Contrario a lo que podría pensarse, Avendaño no tenía al periodismo entre sus carreras predilectas cuando entró en la universidad. “Yo apliqué para ciencias políticas en la Universidad Central de Venezuela (UCV), pero no quedé y entré en la Católica (UCAB) pensando en estudiar publicidad”, nos dice.
Su entrada en comunicación social coincidió con las elecciones presidenciales entre Henrique Capriles y Hugo Chávez en 2012. “La tensión era gigantesca, entonces sentía una necesidad de tener algún tipo de presencia en la discusión política”. Al ver que la publicidad no le iba a dar lo que quería, optó por el periodismo.
“Apenas empecé a estudiar periodismo, me cautivó la idea de ser un periodista como un actor político”. El norte: ser un periodista que trascienda e influya en la toma de decisiones.
“Esto es algo que todos los periodistas deben aspirar a lograr. No debería existir la idea de un periodista intrascendente, un periodista que no tenga impacto en la sociedad. No tiene sentido”.
Revela que un libro que lo marcó fue “Un Día Más Con Vida” de Ryszard Kapuściński, periodista polaco famoso por haber reportado 27 revoluciones, soportado 40 arrestos y 4 sentencias de muerte. Avendaño, al leer a Kapuściński, dijo que quería escribir como él, al punto que pudiera afectar profundamente al lector con sus textos periodísticos.
Sus referentes periodísticos
Orlando dice ser fan “a morir” del nuevo periodismo, un periodismo en el que el periodista plasma sus ideas y sentimientos al texto. Suscribe la frase Hunter Thompson “si quieres periodismo objetivo, no lo vas a encontrar en mí”.
En la tónica del “nuevo periodismo” van sus referentes. Tom Wolfe, Truman Capote y Hunter Thompson son algunos de los nombres que cuenta. Más recientemente, se ha visto influenciado por Fernando Vallejo, escritor colombiano, que se caracteriza por su crueldad y honestidad a la hora de escribir un hecho noticioso.
Hablando de Venezuela, sus referentes han sido siempre Sofía Ímber y Carlos Rangel, dos de los periodistas más destacados del siglo XX en el país. De Carlos, valora su lucidez intelectual, un promotor de ideas liberales que no correspondían con el contexto venezolano de aquel entonces. De Sofía, el estilo de periodismo que le gusta, un periodismo insoportable, impertinente y sobretodo, estético.
On Venezuela
Respecto a Venezuela — el tema obligatorio — Avendaño quisiera ver un periodismo en el que todos los medios tengan la honestidad de decir abiertamente en lo que creen y en que apoyan. Observa un periodismo frívolo, completamente servil y dócil, que simplemente quiere seguir sobreviviendo y estar bien con todas las facciones.
Orlando considera la causa de esto la forma del Estado venezolano, un Estado rentista, que hace que toda la sociedad gire en torno a él. En 2019 surge el gobierno interino como “una cosa etérea”. Un Estado paralelo al Estado. “Con el interinato vimos un periodismo servil al Estado”, asegura.
Dice que el testimonio de este “periodismo completamente servil” es Rafael Poleo, un periodista que, asegura, fue construyendo su reputación de bien informado, de estratega, de alguien que posee información valiosa, a partir de los contactos con el Estado. “Era amigo, se tomaba whisky con tal, y publicaba una columna semanal que todo el mundo tenía que leer porque era el único que tenía esa información. Podemos meter en este saco a Alberto Federico Ravell”.
Hablando del futuro de Venezuela, es poco optimista, al pensar que el país llegó a una especie de “condición inalterable de la situación política”. “¿Qué faltó? Creo que faltó disposición. Faltó una clase política que estuviera a la altura. Hubo una clase política a la que nunca le convino realmente salir del chavismo”.
Avendaño cree que la única forma de salir del chavismo es por la fuerza, pero que esa salida es compleja y poco deseable. Por tanto, entiende la razón por la que los factores que debían usar la fuerza no lo hicieron. “Esto prácticamente condena a Venezuela a este sistema, para siempre. Es un sistema que puede ir desarrollándose, que puede ir mutando, ser más conveniente y afable con el ciudadano”.
A pesar de todo, igual hace propuestas para una Venezuela postchavismo. “No decretar más libertades o fuerza a la iniciativa privada, sino lo contrario: derogar cualquier tipo de regulación y a partir de allí se desarrolle”.
Nuevo Proyecto: El American
Hace unos meses, salió del PanAm Post para fundar El American, un portal en el que confluyen ideas liberales y conservadoras, apuntando al público hispano en Estados Unidos en formato bilingüe. Las diferencias con el PanAm Post son enormes. “Es diferente, con un staff mucho más diverso en cuanto a posturas”. Avendaño dice que el PanAm era más homogéneo, también que eran audiencias completamente distintas.
El American le ha presentado una oportunidad extraordinaria por los cambios políticos que ha visto en mundo en los últimos años. Para explicarlos, Avendaño apela a la tesis de Moisés Naím en El Fin del Poder, en el que el poder se disipa y los grandes partidos, medios y empresas enfrentan una crisis de legitimidad. “Vemos como un YouTuber desde su casa puede hacerle frente a un medio con 200 años de historia como el New York Times”.
Orlando Avendaño, un distinto
Tiene apenas 26 años y ya ha sido editor de un medio de renombre, el PanAm Post, y está construyendo otro, El American. Además, tiene un libro prologado por Luis Almagro, secretario general de la OEA, y su cartera de entrevistas cuenta con personajes como Álvaro Uribe, la ex Fiscal General Luisa Ortega Díaz y María Corina Machado.
Su carrera ha tenido un ascenso meteórico, y todo indica que seguirá siendo así en los próximos años. Avendaño es un periodista polarizante; unos piensan que es un palangrista y otros, un periodista serio, pero no deja a nadie indiferente. Lo cierto es que Orlando hoy tiene una voz que debe ser escuchada.
Con su estilo irreverente e incómodo para el poder, ha puesto en 3 y 2 más de una vez a la oposición en Venezuela. Cúcuta, los escándalos de Ramos Allup y pare usted de contar, contrario a lo que desearían los voceros opositores.
Pero bien reza la frase de Hannah Arendt que tiene es su biografía de Twitter:
“No one has the right to obey”.